Era solo un pedazo de cielo, un pedazo de cielo en el infinito;
la luna, parecía nunca haber estado tan lejana de su mundo, y al frío esa noche se le olvidó llevar chaqueta.
Los bomberos de los sueños empezaron a llegar, como queriendo apagar la esencia de la vida en un instante, y todo lo que algún día se llamó complejidad, ahora era común, porque entonces todo en el mundo se puso complejo.
Parecía ser que las ovejas aullaban, porque los lobos tenían miedo de expresar.
Y así, en ese día que fue noche y en esa noche que fue día, desapareció lo que un día le dio color a la vida, pues la vida en ese instante, se resumió en tres puntos suspensivos, que tienen mucho más para decir, pero callan.
17/05/2018
2:21 P.m
TdeA
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