Y es que a
veces lo que nos preocupa es producto de nuestra inseguridad, Inseguridad causada
por las experiencias traumáticas,
Traumáticas
en el sentido que marcaron tu alma de tal forma, que, aunque crezcas, y te proceses
una y otra vez, ¡están ahí!
y entonces no
sabes a que empresa perteneces, si a la del dolor, o a la del placer, si a la
de las cicatrices, o al de las caricias, pero sabes que lo que tienes, es causa de
lo que tuviste, y que el verdadero horror no es recordar, sino sentir que aún
sangras cuando recuerdas.
Sin embargo, aunque hayas cargado tantas etiquetas, basta recordar un día, que “definir es limitar” y que no
somos, sino que siempre, a cada instante, ¡Estamos siendo!
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